La víspera de Iom Kipur trae consigo una atmósfera especial producto
de distintos factores y estímulos, festividad y majestad frente al arrepentimiento
y al temor.
En esta tarde se detiene el tiempo y nos detenemos nosotros
para reflexionar y cavilar sobre el sentido de nuestra existencia, de lo sucedido
y de lo que nos espera.
El Jeshbon hanefesh, el balance espiritual está por
cerrarse y queda muy poco por hacer, muy poco tiempo, pero lo bastante para
tomar la responsabilidad de emprender el camino del retorno, del retorno al
Todopoderoso y a nosotros mismos.
No hemos dejado estar, la vida, los problemas diarios nos han
envueltos en una densa nube dentro de la cual no encontramos paz y sosiego.
La Torá es vida y luz, y si un judío lleva su propia luz consigo,
no tendrá miedo de la oscuridad.
Durante las cinco oraciones de Iom Kipur, niños, jóvenes,
padres y abuelos, estaremos unidos espiritualmente, las plegarias hablarán
por si misma, su influencia alcanzará a todos los débiles y fuertes,
sagaces y mediocres, cultos e incultos.
El lamento y la esperanza de nuestro pueblo está fuertemente exteriorizado
en nuestras plegarias, todos nuestros pensamientos están dirigidos en
dirección a D-s.
Rogando por el perdón no buscamos nuestra propia ganancia,
no miramos lo que poseemos, lo que creamos, con sumisión elevamos nuestras
preces y decimos: “Lemaanja HaShem asé Ve – lo lanu”
Hazlo por ti y no por nosotros.
Rogamos al Todopoderoso en éste día de control
sobre los actos de nuestro pueblo en general y de cada uno de nosotros en particular
que tome en cuenta la valentía y el Sacrificio que en aras del judaísmo
demostramos día a día, que tomes en cuenta Oh D-s a los valientes
padres que sostienen una difícil guerra para mantener sus hijos fieles
a la creencia y a su tradición, a todo lo que significa ser judío
– o acaso ¿Todo esto es nada?
¿Qué pedimos a D-s? Haznos solo esto: con ellos
nos darás todo “Laazot Retzonja belebav shalem” (hacer tu
voluntad con todo corazón).
Queridos hermanos, oremos con fuerza, con sensibilidad, con
lágrimas en los corazones, con sentimiento de sumisión y fuerza
de esperanza con entereza interior y profunda fe.
Quiera D-s escuchar nuestras plegarias, otorgarnos su perdón
y llenar nuestra alma de vida y de luz. Amén.